Mes: febrero 2016
Cuestión de suerte

Tocar con la tecla adecuada y el dedo firme. Es la única manera de hacer las cosas bien. Las dudas se hicieron para inseguros que van por la calle con la cabeza bien alzada y en casa, arrastran los pies. ¿O no?
Yo dudo ante la posibilidad de tener la seguridad de mí parte. Cuando camino por cualquier avenida de mi ciudad, veo a la gente recta y con pasos rotundos. Alguna vez me hacen sentir ínfima durante instantes. Titubeo durante segundos interminables.
Es entonces cuando oigo en mi interior el ruido que me provocan decenas de preguntas en formas esféricas. ¿Tendrán sus vidas controladas? ¿Serán tan sólidos como parecen?
Es como estar delante de un examen con muchas opciones de respuesta, a cual más complicada. La mayoría son letras sobreactuadas, falsas. Tal vez no estoy en lo cierto.
Es complicado enlazar una pregunta con su veraz resolución. Hay preguntas trampa como personas que saben disfrazar su realidad. Sabemos, nada es blanco o negro. La gama de colores es casi infinita.
Creo que son personas seguras. Bueno, ahora pienso que no. No sé. A veces hay que arriesgar sin más. Nuestra elección y acierto es cuestión de suerte.
Tiempo
De un golpe de aire, se levantan hojas secas del suelo,
se elevan sobre los techos de las casas,
pudiendo ver desde esa latitud un paisaje diferente al que conocían hasta entonces.
No pueden acabar de convencerse de lo que divisan desde esa altura, no pueden creerlo.
Observan los movimientos de las personas,
las diferentes situaciones que se viven a diario, desapercibidas habitualmente,
ya que desde el suelo, mientras la gente anda, nadie se fija en los transeúntes pasando por su lado. Sus ojos, se pegan al suelo teñido de gris; se limitan a ver, el movimiento de sus pies.
No notan esas tímidas cosquillas que se transforman en curiosidad y crean la necesidad de alzar la mirada y ver que nos envuelve.
Se pasan las horas obviando la posible sonrisa de alguna persona, ensordecen un «buenos días». Levantan un muro de aislamiento en una batalla contra la comunicación.
Poco a poco las hojas van descendiendo y el aire pierde fuerza. Estas damas vestidas de amarillentos colores, van balanceándose con sigilo para aposentarse de nuevo en el suelo.
En su discreto planeo, otean a un hombre y a una mujer sentados en un banco de un parque, sin mirarse, ni tan solo un instante.
Sus ojos están ciegos de ilusiones, faltos de vida.
Sin hablarse, haciéndose amigos de un silencio impuesto por la apatía de una rutina,
llena de días vacíos.
Están en ese banco, desprovistos del roce de sus manos.
Ellas, desnudas de emociones, desesperadas por querer avivarse, ansiosas porque alguien las recorra, las acaricie y con suerte, sueñe.
Al fin, llegan las hojas al suelo y el aire ha parado. Se quedan quietas en el punto de partida en el que todo se inició. Aunque nada es lo mismo. Ahora tienen otra visión, otra percepción de todo lo que las rodea.
Quieren creer que las personas llegarán a darse cuenta de las horas perdidas colocando barreras a todo lo diferente y lo nuevo. Por miedo a que pueda llegar a gustar, a emocionar, a hacer sonreír a los demás, aunque sean extraños. Les espanta el que dirán o pensarán los demás.
Habitantes del pánico a compartir pequeñas cosas con quienes forman parte anónima de su vida, prohibiendo así, cualquier indicio de cariño y … quien sabe si amor.
Complicado es. Tener encarcelado el corazón y esposadas las manos
por si a uno se le disparan las pulsaciones al emocionarse y a ellas por si pretenden acariciar otra piel.
Esperan que todo cambie. Solo hay que esperar que pase el tiempo.

Luna roja
El mar teñido de rojo es el reflejo del eclipse lunar cuando el Sol acaricia a Selene. Tan inmensa que parece caerse del cielo al mar y pueda llegar a desbordar orillas, pueblos marineros y carreteras secundarias sin alumbrado artificial.
Esta noche tampoco hace falta farola alguna para ver la Luna sonrojada y el mar teñido de sangre. Pintas de azul turquesa claman esperanza para todos quienes desean vivir en paz.

La intersección

Un susurro a gritos, calla aquello que más le duele y chilla palabras vacías de sentimientos sinceros, hasta desgarrarse la voz.
Sin dirección, se pierde en la línea marcada de un mapa de tonos fluorescentes apagados por el tiempo que pasó desde que decidió desempolvar este trozo de papel, ya amarillento, del fondo de un encallado y trasteado cajón.
Puede adivinar el inicio de una ruta, pero se pierde la pista a medio camino. Justo en el punto en que ahora se encuentra. En un tramo donde siempre hubo una intersección, otro camino que todavía existe. Tal vez, la ruta que debería haber tomado, el trazo que no pintó.
A un erizo azul
Las esmeraldas del caos que giran alrededor de Sonic, parecen desparecer. Tras dar miles de vueltas, este insólito erizo, puede convertirse en Súper Sonic gracias al poder que le dan estas piedras preciosas. Se transforma en un héroe lleno de púas color mar intenso que deslumbra los ojos de quien le mira.
Alguna vez, un vecino suyo llamado Mario, fontanero de profesión, se pone algo tonto de envidia e intenta imitarlo. Va en busca de una Flor de Fuego a la adora y casi sueña. La tiene escondida en un pequeño baúl de su trastero. Su objetivo, algo egoísta y competitivo, es conseguir dar más vueltas e intentar que sean más impactantes que las volteretas imposibles de su reprobado convecino. Una flor algo desgastada por un uso casi excesivo, y, como todos los seres vivos, un día u otro se le acaba el aire y las fuerzas por siempre más.
Sale de su casa y llama a la puerta de nuestro amigo azul y le propone un reto. Él lo acepta y salen a la calle a cumplir su misión, a enfrentarse cara a cara en duelo.
Pusieron dos contadores de vueltas y el desafío consistía en conseguir dar más vueltas que el adversario.
Mario tiene un fin algo más oscuro que ganar a Sonic haciendo más vueltas uno que otro. Pretende ganar con malas artes y robarle las esmeraldas que en otra época fueron la pasión de la reina faraónica, según cuentan, de Cleopatra.
Contadores a cero y cuenta atrás: tres, dos, uno… ¡Ya!
Mario coge la Flor y empieza a girar, Sonic hace lo mismo con las esmeraldas y sigue a la par que su oponente. Cada vez, el envidioso vecino se acerca más al erizo y estira un brazo y le lanza la Flor de Fuego para hacerle caer.
Lo consigue. Su contrincante cae al suelo, mientras grita por el dolor que le producen unas púas ardiendo. Mario impasible, grita «He ganado» y Sonic le responde: «si, has ganado lo que una persona nunca debería perder.¿Has visto una Flor de Fuego hecha cenizas? Eso es justamente lo que has hecho. Matar a quien más querías».
Este micro lo dedico al co-autor de este escrito en algunas de las frases. Un enamorado de los videojuegos de este erizo casi estresante, diría yo! 🙂 Este niño, es la persona que más amo del mundo y de la que aprendo cada día alguna cosa, desde el día que nació. De eso hace casi diez años.
The Versatile Blogger Award

Yo no tengo experiencia alguna en estas cosas de las nominaciones, pero voy a intentar hacerlo bien. Mil disculpas ante todo, si veis que no lo he hecho bien.
Estoy asombrada, sorprendida y emocionada. Si, bingo! es el estado en que me encuentro en este momento tras ver que me ha nominado
Muchas gracias Jesús por este pedazo de gesto! Eres un encanto de hombre!
Os recomiendo que deis una vueltecita por su blog y os quedéis un buen rato leyéndolo. Vale mucho la pena esta visita!
https://jecallejosus.wordpress.com/
Su blog es una mezcla de muchas cosas, todas ellas atrayentes (al menos para todos sus seguidores lo son y yo me incluyo en su lista de fans!). Encontrarás en su blog: fotos, relatos, microrrelatos, opiniones, frases… Entre las frases que podrás leer, yo me quedo con esta:
«No vivas para ser alguien conocido, sino para ser alguien que merezca la pena conocer«.
Creo que define totalmente a lo que yo llamo ser ante todo y sobre todo: Persona.
Ahora, según mandan los cánones, tengo que contaros 7 cosas sobre mi blog. Vamos allá:
- Hacía tiempo que lo inicié pero estuvo como muchas obras de nuestro país, parado por falta de medios. A mí me faltaba tiempo, a las obras de pisos y mejora de carreteras paradas..no se que les faltaba.
- Desde que volví a ponerme a escribir en mi blog (hace mes y medio), me ha vuelto la ilusión por ello. ¿Será verdad esa frase de Picasso que dice: «No creo en las musas…, pero si llegan que me pillen trabajando»?
- Soy escritora amateur imperfecta y mejor así porque la perfección, a la larga…aburre.
- Me gusta encontrarme con opiniones de mis escritos. La crítica constructiva siempre es bienvenida.
- Es un rincón, verdaderamente mío al que entran otras personas y pueden ver lo que escribo. Yo también encuentro rincones llenos de pensamientos de otros compañeros en forma de texto que me encanta leer y comentar con ellos y ellas.
- Hay días que me emociono mucho porque veo que hay un interés muy grande en leerme, en comentar, en compartir escritos y eso me anima más a seguir escribiendo.
- Pues para finalizar me gustaría compartir una ilusión. Espero autopublicar este año un libro. No se si corto o largo. De relatos, de cuentos o de micros… pero publicar! Veremos a ver si es posible.
Y ahora, llega el momento de nominar a 13 blogs que me gusten y me lleguen. Pues mi elección es:
Te miro, me miras… Nos miramos
Mil gracias de nuevo Jesús y un beso a tod@s.
Educación y salud
Origen: Educación y salud
La vieja lámpara
Mientras la vieja lámpara está encendida, te veo y te escucho con atención entre el silencio.
Me acompañas en una fría tarde. Y arropo entre mis manos tu delgada y sabía piel envuelta de cueros harapiento y gastados. Recosidos para quitarte el frío evitando así, que emigres de aquí.
Sígueme contando tu historia mientras miro las formas que tienen tus oscuros labios. No apagues nunca la luz que ilumina mi imaginación.
Sábado
No hizo otra cosa en toda la tarde que mirarse al espejo con el torso desnudo. Llevaba veinte años actuando de esta manera. Y en pocos días cumplía los cincuenta. Primero se deleitó de su perfil izquierdo, después, del derecho. Ahora, mirándose un lunar que no se vio el día anterior. Casi se horrorizó de este hecho, se le salía de sitio el corazón. ¿Excesividad de auto complacencia? Tal vez si. Delante de él, sin percatarse de ello, pasaron tres horas. ¡Como te lo digo, fue!
Y la luz del Sol marchó y cambió el día de guardia. Ahora le tocaba trabajar a una escueta luna creciente. No se lo podía creer. Se preguntaba cómo podía ser que el tiempo se le hubiera escapado de esa manera. Acusó de haberle robado las horas, a todo aquel conocido que no soportaba y a alguno que odiaba.
Dejó los insultos para otro momento y empezaron las carreras por el pasillo de su piso de soltero. Cogió ropa interior y tras esto, otra carrera hacia el baño y, a la ducha. Salió, se secó y de nuevo hacia su dormitorio.
Abrió el armario, tomó aire y dijo: «Sábado, sabadete; camisa nueva…». Y seguidamente: «No, no puede ser! No tenía ni una sola camisa…limpia, pantalones de vestir tampoco. Miró su reloj y vio que eran las nueve de la noche y ese día era fiesta nacional. No pudo ir a comprarse nada porque era fiesta nacional.
Así que, este fanático de Narciso de quien todos conocemos su historia, decidió quedarse en casa solo porque no podría lucirse. Su casa era como él, un cúmulo de objetos que brillaban mucho y que verdaderamente no valían nada.
Al rey de la nada, nadie le llamó en toda la noche y empezó a dudar si realmente su disfraz de eterna juventud no estaría ya, algo caducado. Encendió el televisor y se puso a ver un reality de títeres con cabezas llenas de serrín.
