Ni siento ni padezco el vacío que dejaste en mi cama.
No quiero ni puedo aguantar el peso de tú nombre.
El hambre que tuve lo sacié con mis sueños más secretos.
Aquellos que ahora callo y antaño te regalé.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Muy bello!
Un abrazo.
Muchas gracias María!!