La intersección

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Un susurro a gritos, calla aquello que más le duele y chilla palabras vacías de sentimientos sinceros, hasta desgarrarse la voz.

Sin dirección, se pierde en la línea marcada de un mapa de tonos fluorescentes apagados por el tiempo que pasó desde que decidió desempolvar este trozo de papel, ya amarillento, del fondo de un encallado y trasteado cajón.

Puede adivinar el inicio de una ruta, pero se pierde la pista a medio camino. Justo en el punto en que ahora se encuentra. En un tramo donde siempre hubo una intersección, otro camino que todavía existe. Tal vez, la ruta que debería haber tomado, el trazo que no pintó.

 

A un erizo azul

Las esmeraldas del caos que giran alrededor de Sonic, parecen desparecer. Tras dar miles de vueltas, este insólito erizo, puede convertirse en Súper Sonic gracias al poder que le dan estas piedras preciosas. Se transforma en un héroe lleno de púas color mar intenso que deslumbra los ojos de quien le mira.

Alguna vez, un vecino suyo llamado Mario, fontanero de profesión, se pone algo tonto de envidia e intenta imitarlo. Va en busca de una Flor de Fuego a la adora y casi sueña. La tiene escondida en un pequeño baúl de su trastero. Su objetivo, algo egoísta y competitivo, es conseguir dar más vueltas e intentar que sean más impactantes que las volteretas imposibles de su reprobado convecino. Una flor algo desgastada por un uso casi excesivo, y, como todos los seres vivos, un día u otro se le acaba el aire y las fuerzas por siempre más.

Sale de su casa y llama a la puerta de nuestro amigo azul y le propone un reto. Él lo acepta y salen a la calle a cumplir su misión, a enfrentarse cara a cara en duelo.

Pusieron dos contadores de vueltas y el desafío consistía en conseguir dar más vueltas que el adversario.

Mario tiene un fin algo más oscuro que ganar a Sonic haciendo más vueltas uno que otro. Pretende ganar con malas artes y robarle las esmeraldas que en otra época fueron la pasión de la reina faraónica, según cuentan, de Cleopatra.

Contadores a cero y cuenta atrás: tres, dos, uno… ¡Ya!

Mario coge la Flor y empieza a girar, Sonic hace lo mismo con las esmeraldas y sigue a la par que su oponente. Cada vez, el envidioso vecino se acerca más al erizo y estira un brazo y  le lanza la Flor de Fuego para hacerle caer.

Lo consigue.  Su contrincante cae al suelo, mientras grita por el dolor que le producen unas púas ardiendo. Mario impasible, grita «He ganado» y Sonic le responde: «si, has ganado lo que una persona nunca debería perder.¿Has visto una Flor de Fuego hecha cenizas? Eso es justamente lo que has hecho. Matar a quien más querías».

Este micro lo dedico al co-autor de este escrito en algunas de las frases. Un enamorado de los videojuegos de este erizo casi estresante, diría yo! 🙂 Este niño, es la persona que más amo del mundo y de la que aprendo cada día alguna cosa, desde el día que nació. De eso hace casi diez años.

 

 

 

 

La vieja lámpara

Mientras la vieja lámpara está encendida, te veo y te escucho con atención entre el silencio.

Me acompañas en una fría tarde. Y arropo entre mis manos tu delgada y sabía piel envuelta de cueros harapiento y gastados. Recosidos para quitarte el frío evitando así, que emigres de aquí.

Sígueme contando tu historia mientras miro las formas que tienen tus oscuros labios. No apagues nunca la luz que ilumina mi imaginación.

Sábado

No hizo otra cosa en toda la tarde que mirarse al espejo con el torso desnudo. Llevaba veinte años actuando de esta manera. Y en pocos días cumplía los cincuenta. Primero se deleitó de su perfil izquierdo, después, del derecho. Ahora, mirándose un lunar que no se vio el día anterior. Casi se horrorizó de este hecho, se le salía de sitio el corazón. ¿Excesividad de auto complacencia? Tal vez si. Delante de él, sin percatarse de ello, pasaron tres horas. ¡Como te lo digo, fue!

Y la luz del Sol marchó y cambió el día de guardia. Ahora le tocaba trabajar a una escueta luna creciente. No se lo podía creer. Se preguntaba cómo podía ser que el tiempo se le hubiera escapado de esa manera. Acusó de haberle robado las horas, a todo aquel conocido que no soportaba y a alguno que odiaba.

Dejó los insultos para otro momento y empezaron las carreras por el pasillo de su piso de soltero. Cogió ropa interior y tras esto, otra carrera hacia el baño y, a la ducha. Salió, se secó y de nuevo hacia su dormitorio.

Abrió el armario, tomó aire y dijo: «Sábado, sabadete; camisa nueva…». Y seguidamente: «No, no puede ser!  No tenía ni una sola camisa…limpia, pantalones de vestir tampoco. Miró su reloj y vio que eran las nueve de la noche y ese día era fiesta nacional. No pudo ir a comprarse nada porque era fiesta nacional.

Así que, este fanático de Narciso de quien todos conocemos su historia, decidió quedarse en casa solo porque no podría lucirse. Su casa era como él, un cúmulo de objetos que brillaban mucho y que verdaderamente no valían nada.

Al rey de la nada, nadie le llamó en toda la noche y empezó a dudar si realmente su disfraz de eterna juventud no estaría ya, algo caducado. Encendió el televisor y se puso a ver un reality de títeres con cabezas llenas de serrín.

Cara o cruz

En boca cerrada no puede salir la rabia contenida de antaño. Los ojos parecen arder. Marcan una línea de rojos encendidos en el borde, en la reja casi transparente que limita e impide que nuestros ojos salten cual suicidas y nos dejen a oscuras.

Quiero ver, necesito seguir disfrutando de la grandeza del verbo mirar. Voy a entreabrir mis labios, soltar poco a poco el aire, mientras las cuerdas vocales vibran. Así podré hablar y decir a quienes me causaron heridas de eterna cicatrización, ya fuera de forma intencionada o no, todo aquello que me daña por dentro y tanto escuece.

Ya sabes que me pasa. Ahora vas a escucharme o ¿quieres de verdad que el silencio ingrato de estos años nos siga torturando sin razón palpable? Yo lo tengo claro y tú no tienes mucha más opción. Siempre podrás escoger el cincuenta por ciento no deseado, pero eso no está en mis manos. Es cara o cruz.

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Premios 20Blogs 2015

Hola a todos,

Ya están en marcha las votaciones para los Premios 20Blogs 2015 de la Blogoteca de la revista digital 20Minutos. En realidad, las votaciones empiezan mañana viernes día 12 de febrero, pero hay que anunciarlo porque es algo que nos incumbe a todos los Blogguers. Para votar, os tenéis que dar de alta como usuario ( es gratis). Se da el hecho, de que este año se celebra su décima edición.

Deciros que este año me he presentado y mi blog ha sido validado para participar en este concurso en la categoría de blog Personal. Pues ahí voy…a probar suerte!

Se que al lado de muchos blogs, el mío es bastante bebé, pero creo que vale la pena seguir aliméntandolo y ver que cada día crece sano y fuerte.

Os dejo un enlace para que votéis mi blog hoy y mañana lo puntuéis, ya que hoy no se puede puntuar. Todo esto siempre que os guste mi blog, claro! 🙂

http://lablogoteca.20minutos.es/busqueda/premios-20blogs/El%20rinc%C3%B3n%20de%20Noe/

Si alguno de vosotros, también participa en este concurso, decídmelo e incluyo vuestro blog en este post.  Para muestra de que es cierto lo que digo, os dejo el enlace del primer blogguer que me ha comentado que también participa:

Categoría Blog Personal:

Óscar 

Tengo ilusión en este concurso, el hecho de participar ya es más que importante y si me encuentro con vuestros votos… entonces será fantástico. Pues echad un vistazo a cualquiera de los links de este post y votad si os apetece.

Gracias a tod@s y besos!

premios20blogs20minutos

Mirando a la nada

Harto de oírle, de notar sorna en su respuesta tan poco original. Dolor de cabeza continuo, diario. Con tan mala intención que incluso, hacia guardia muchas noches, prohibiéndome mi descanso. Me robaba el sueño y jamás me lo devolvió.

Rendido y agotado acudía por las mañanas a trabajar. No veía ni oía a quien a mí se acercaba. Era el despojo de alguien que tuvo una vez, la energía y fuerza de un felino, un ser valiente y feliz.

Una mañana no me pude levantar. Morfeo se apiadó de mí a altas horas de la madrugada, casi al amanecer. Fue entonces cuando me dormí y abrí los ojos a las diez de la mañana. Salí corriendo a la ducha, a vestirme y a prepararme un rápido café.

De pronto, me quedé quieto, mirando a la nada como un niño en medio de un parque falto de bullicio.

Y fue entonces cuando sentí lo que era el vacío. Justo en el momento que el eco de mi voz me dejó de responder.

71H

Te echaba de menos

Que cómodo estoy sentado en el sofá y viendo la tele. Calma, te echaba de menos. Silencio a ti también.

Y siguió mirando la pantalla apagada, feliz. Sin necesidad alguna de apretar el botón de encendido para ver empezar el circo televisivo de todos los días.

 

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