Vida mía

Madre, abuela, bisabuela, incansable trabajadora y excepcional mujer.

En el cofre latente de mi corazón tengo abrazados tú ser, tu mirar, tus sonrisas y tu amor incondicional. Miraré de cuidarte en mi recuerdo, de cantarte, de contarte mis anécdotas, dudas, rutinas y miedos.

Mientras el reloj de mi vida gire, intentará latir con fuerza para que llegue su sonido hasta ti.

https://youtu.be/dl1En_rBfCc

Rozando el abismo

Una mano desconocida por su cuerpo, roza las teclas de un piano inusual.

No desprende música al uso, ni suenan sus cuerdas perfectas tras el roce esquivo, conciso y breve de un diapasón. Éste afina las cuerdas de cualquier instrumento pero no puede templar la piel de una persona.

Es imposible controlar todo lo que acontece. Tras una caricia, un profundo abrazo, besos cortos que se convierten en provocadora sensualidad. Imparable, se desata el canto del deseo embravecido, el alarido de seres descontrolado por la coctelera de sentimientos acumulados en su interior.

Parece que se vayan a descorcharse a presión, el creciente placer en forma de salada agua y hambre por devorar. Las fuerzas se agotan, tras haber estado rozando el abismo de lo prohibido, y caen dos cuerpos extasiados sobre una cama.

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Besando el suelo

Ojalá pudiera ponerle un nombre a ese momento. No es que me falten adjetivos. Se me ocurren en este momento infinidad de ellos. Ahora que lo pienso bien, alguno de ellos los tenía guardados en una vieja cartera en el fondo de un cajón. Si, justo aquel cajón que nunca tocas. El lugar del olvido.

El caso es que, entre tantos adjetivos no encuentro ninguno que defina con el justo acierto, que sea el dardo clavado en el centro de la diana y pueda dar con la palabra que sentencie la sensación de ese instante.
Quizás es que llevo una temporada apático. Tengo altibajos como todo el mundo, no soy excepcional en ese sentido y tampoco es mi intención serlo.
Tengo claro que estando así, no tenía que haber empezado esa relación. Le dejé claro que no quería nada serio, pero creo que ninguno de los dos en ningún momento ha sabido el significado de serio y diferenciarlo de «algo más que esporádico».
Sus besos me viciaban igual o más que el chocolate. Eran mi perdición. Hoy besarle me trae a la mente una imagen, estar en una calle, enmedio de la calzada, besando el suelo.

 

70H

Agosto

Cenizas no caben en el país que vivo y sin embargo, la decadencia que lo conduce, lo apresa primero para abandonarlo después, dejándolo en cueros. Se vuelve gélido en la alfombra del asfalto sin techo que lo cubra. Se hiela por pena, por sollozo no atendido y soledad en pleno mes de agosto.

 58H

Hacia el cielo

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Déjame en paz.

En aquella paz que te deja extasiado tras un beso cándido en apariencia. Un ósculo dado con labios carnosos, suaves con piel de lobo. Si, porque tiene veneno incoloro, dulce que te hace enloquecer y trepar rápidamente, como hiedra hacia el cielo.

 

Un año vivido

Una hora al azar del tiempo

 

Hace un año que ha pasado un año vivido. Si, cierto, no es algo que a muchos se les escape de las manos.

Aunque no estaría tan segura que en este tiempo, a la gran mayoría de personas que tienen esta certeza sobre el tiempo pasado, tengan el mismo acierto para saber si lo han aprovechado al máximo. Si han vivido con intensidad cada minuto de ocio, respirado el aire que el viento susurra en las montañas o han amado sin egoísmo o vileza en ningún momento.

Entonces.. ¿hace un año que ha pasado un año vivido?

 

Escritos

Plasmamos nuestra alma mediante manchas de tinta perfiladas sobre papel. A veces se escurre alguna letra e intenta llegar a una esquina del marco geométrico y blanco, donde las letras están enclaustradas, esperando unidas a que alguna que otra mirada se lleve sus silueteadas formas hasta la retina y desde allí lleguen a la mente y corazón de quienes las leen.

Esta letra fugitiva intenta huir porque está en desacuerdo con las compañeras que comparten con ella el sonido de una palabra poco afable para ella, odio. Clama al cielo que desaparezca, que se muevan y revolucionen todas sus colegas para formar otra palabra con más emoción.

Ojalá consiga cambiar ese odio por la Paz que tanto ansía.

201H

Un beso

Sintió que le dio un beso y que sintió el beso dado?

No nos acordamos nunca del mensajero. Parece que sea el humilde servil de aquellas personas que quieren y aman, a otras… no a él.

Cuando un beso nunca se envía igual que otro, proviniendo de los labios de la misma persona. En momentos de ternura, será el beso que baja del cielo en forma de nube de algodón y acaricia la cara de quien recibe este pedacito de cielo.

Si su mundo se nubla y se torna, en un abrir y cerrar de ojo, en un color airado, con semblante imposible de acertar, un rojizo que se ennegrece en pocos segundos, entonces, tiene un gusto amargo que invade el alma.

En un cielo estrellado de alegría, de emociones, celebraciones compartidas, el firmamento del beso se convierte en un precioso festival de fuegos artificiales donde decenas de colores vivos chispean con vida propia.

¿No crees que un beso puede sentir? Si es así, quizás quien no sientas, seas tú.

 

 

besoaire