Al otro lado

No pudiste ver como buceaba desde los pies de la cama hasta llegar al cabo de la cama, a la almohada. Y, justo ahí, reposaba tu cabeza. Ni siquiera notaste mi respiración. Fui invisible a todos tus sentidos como una medusa transparente, casi imposible percibir hasta que decide aparecer y rozar a su presa.

Es entonces cuando el tacto percibe una presencia extraña, cuando la respiración se altera, la boca se seca, la vista se pierde intentando localizar a quien o qué le ha tocado, y el oído, intenta agudizar el sensor, esperando que le oriente y localice, al ser que le ha perturbado la piel.

Es entonces cuando despiertas, enciendes la lámpara de la mesita de noche  y súbitamente te das media vuelta y me encuentras, a tú lado, justo ahí, al otro lado de la cama.

Me sonríes y tu forma de mirar me lo cuenta todo. Ahora, por fin nos hemos encontrado. Solo  falta que apagues de nuevo la luz.

 

pillow

 

Enredos

Me lías y me enredo.

No es un simple nudo de hilo, fino, casi invisible.

Es el trenzado, un continuo giro sin obligada dirección, libre y fiel.

La comunión atea de hilos despeinados. El ovillo más preciado.

Rebeldes en forma y grosor. Ninguno es igual. Cada uno de ellos tiene un tono distinto, único. Se humedecen, destiñen. Todo mientras giran y crean nuevos colores, desconocidos hasta entonces.

Una única norma habita, es respetada desde el inicio. Solo vale ceñirse a la improvisación del deseo que impera y reina desde el instante en el que los dos detenemos el reloj.