Cuantas veces hemos escuchado eso de: «las palabras se las lleva el viento». Muchas veces es cierto, pero otras veces se llevan palabras que no han salido de nuestra boca y que estaban en nuestra mente, preparadas para ser escritas. En un momento de distracción.. puff, una ráfaga de traicionero aire, nos roba y todo nuestro pensamiento literario se esfuma. Y, ¿donde van a parar? Si, justo ahí, llegan a aquellos algodones que a menudo se acumulan en el cielo poco a poco, formando una imagen de foto.
