Es una de las personas que va a casi todas partes con su coche y casi nunca va en transporte público. No, no va a comprar el pan en coche ni tampoco lo coge para ir a 300 metros de casa, pero si lo hace para ir al trabajo y sobre todo para poner el «mute» a la rutina circulatoria de la gran ciudad y poner las coordenadas precisas que le lleven, como poco a 150 kilómetros de allí. Sigue leyendo