Aquí y ahora

Porque siempre ha sido así, desde el momento que crucé la puerta. Desde que quedamos en vernos a la mañana siguiente y esa mañana no llegó. No me dejaste hablarte más. Una triquiñuela del destino, de una fatídica causalidad disfrazada de una sábana de seda dulce que te embriaga acaricia y te deja medio adormecida con solo el roce de su tacto. Fue un: «Hasta mañana» suave, coloquial, como de un día cualquiera de otros que ya habían pasado, solo que en apariencia…

Seguiré.. no va a quedar nadie con dudas

El príncipe

De pequeña soñaba con una vida muy diferente a la suya. Eso es una ventaja que tiene, ser imaginativa.Estaba casi obsesionada con un solo deseo. Se creía viviendo en un palacio apartado de la ciudad, rodeado de preciosos árboles, pajaritos cantando todo el día y un Sol radiante, acompañando a tal momento.

Dentro del castillo, había un gran número de personas encargadas de que los habitantes principales de la casa estuvieran siempre contentos. Cocineras, niñeras, chóferes y un mayordomo. Todos ellos servían a los reyes.

Esos reyes y su palacio existían, no eran producto de su fantasía. Como también era real, el motivo principal de todo su sueño, el hijo de los Reyes y único heredero, el príncipe Daniel. Un chico de unos veintisiete años por el que muchas chicas se quedaban sin aire al no dejar de suspirar continuamente y con la idea perenne de poder estar, como poco, un día a su lado. Realmente (nunca mejor dicho), el chico estaba de buen ver.

Ella, conocía pocas cosas de la vida de sus Majestades. Lo que veía en televisión, en internet, radio y todo lo que leía en prensa. Tras leerlo, recortaba el artículo y lo guardaba en una carpeta. De estas noticias, ella sacaba sus propias conclusiones, sacaba un tablero enmarcado de un altillo de su habitación y se montaba el puzzle del próximo capítulo de su particular historia.

Y cuando por fin le besó, quedó desencantada.  El príncipe le salió…

 

rani

Y no fue, porque como cuentan los cuentos se transformara en este simpático animal, sino porque sus besos no electrificaban ni hacian subir el alma el cielo. Más bien, le hicieron comerse el suelo y desencantarse de la ilusión de su vida con la consecuente compra de una mochila donde de vez en cuando, a partir de ese momento, iría cargando de piedras pequeñas y pesadas de desengaños compensando este peso con alegrías y nuevos sueños.

 

Sueño

Al despertar pensé en la realidad de mi onírica verdad. El calor de mi habitación no podía mentirme.

Sin embargo, dudaba mientras me hablaba de un cuerpo que ahora no está a mí lado. Del ser que amo.

Creo que no fue un delirio nocturno fruto de la soledad. Si en cambio, pasión inolvidable, Que queda grabada en mi almohada cada anochecer. Ella tan frágil, también te echa de menos y desea que se acerque el instante en el que regreses con ella y conmigo.

Adoro ese tiempo robado  que volveré a esperar con ansiedad. Se que no fue una invención, sino un venerable sueño del que no quiero despertar.

Me levanto de la cama y voy a prepararme un café. Te encuentro allí con dos tazas preparadas para compartir. Y escucho la voz de mi propio cielo que me dice: » buenos días,te estaba esperando. Bienvenida a un nuevo amanecer «.